viernes, 21 de septiembre de 2012

La historia de un verano.

Hacía tiempo que no abría mi cuaderno, porque cuando lo abro no puedo evitar pararme a leer alguna página, sobretodo esas páginas fechadas con su "te quiero" al final. Se me parte el alma con el día 33, está sin escribir, porque no me veía capaz de escribir lo que sentí cuando te vi allí, en el banco de siempre. Lo fui dejando mientras buscaba mentalmente las palabras. Pero un día, sin venir a cuento, todo cambió. Y el 33 se quedó vacío, se quedó en un "DÍA 33 (29/07/12)" para toda la eternidad.

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