Pues chica, haz lo que te haga feliz. Pero no feliz por cinco minutos y depresiva-apática por semanas. No, lo que te haga feliz a largo plazo. ¡Si tú misma me dijiste que no se puede ser tan impulsiva en estas cosas! Al igual que tantas otras me dijiste que me apoyarías en aquello que me hiciera feliz, por descabellado que fuese. Lo mismo te digo. También quiero que sepas que lo realmente bueno se hace esperar, que siempre hay alguien que te saca del pozo y que merece la pena esperarlo. Que sinceramente creo que lo mejor sería olvidar, pero sé que harás lo que te de la gana y no obtendrás ni medio reproche por mi parte, aunque acabe siendo un error, aunque acabes llorando en mi hombro.
Sé que no me has pedido consejo, que crees que no sé de que va esto, pero a mí no me engañas, a mí no puedes negarme que te dio un vuelco el corazón con esa llamada. Piensa que quizás sea un buen momento para dejar de sufrir. Igual me equivoco y realmente ni te planeaste acudir al encuentro, en ese caso, enhorabuena.
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