Tú gato y yo humana, pero eramos tan sumamente parecidos...
Cuando teníamos miedo, cuando nos sentíamos pequeñitos sacabamos las uñas y gruñíamos.
Desapareciamos por días enteros si lo necesitábamos.
No nos gustaba estar rodeados de gente desconocida, siempre huíamos.
Nos veníamos abajo si nos acortaban la libertad.
Pero cuando nos sentíamos seguros eramos todo amor.
Pero si nos íbamos por demasiado tiempo echábamos de menos el hogar, siempre regresabamos.
Pero había gente en la que confiábamos, gente a la que siempre volvíamos, gente que sabía hacernos ronronear.
Pero, aunque alardeáramos de libertad, necesitabamos alguien que nos dijese "no te vayas".
Amábamos las calles oscuras y la noche, amábamos la luna.
Aún te echo de menos y me pregunto que era aquello tan urgente que tenías que hacer para irte tan pronto.
Espero que te vaya muy bien, que sigas siendo una sombra y que jamás te delate un cascabel.
No hay comentarios:
Publicar un comentario