Se abre el telón, tras el aparece una chica llamada Noelia, la señora Puertas. Para la gente puede parecer una chica como otra cualquiera. Para mi es Noe, mi Noe, mi Cotilla Competente 24H, mi compañera de rosquillas chocolateadas, la chica con la que me tiro horas hablando de chicos y haciendo parejas, una buena actriz y ante todo una valiente, todo lo valiente que hay que ser para salir ahí sola y la primera. Desde bambalinas todos la observamos en tensión y entonces ella se da la vuelta y grita y lo hace sin miedo, más fuerte que nunca. Ninguno de nosotros puede evitar sonreír con alivio y entonces comienza la magia. Salen personajes uno tras otro. Alberto, el mayordomo y sufridor de clases de física y química. Carmen, mi hécate, con la que tantos salmos he compartido. Después Manolo, el abogado, el niño de los cortos, un actor digno de Hollywood y siempre dispuesto a ayudar. Aurora, creadora de la lista negra y odiadora de las guarrillas, genial de la vida y repu. Lázaro, también conocido como Juan, que a pesar de ser mi mejor amigo siente una gran pasión por picarme, no me voy a poner a hablar del pitoniso que si no no acabo. Don Rafael, Rafa, ese chico de varios metros de altura, sé que al principio no le hice mucha gracia, pero con el tiempo creo que me ha cogido cariño, un niño adorable que vive pegado a una bici. Blanca, que cree que me cae mal pero la quiero un montón, de hecho me pongo su collar todos los días. Vico, con la que comparto un inevitable amor por los libros, ella siempre se ríe, llueve o nieve. Nuria, mi prima por algún lado y solo digo que es imposible estar cerca suya y no mearse de risa. Doña Salomé, mamá María, una porrina feliz con sus perros. Yaiza, que es tan guay que le cae mal su propio personaje.
Pero no toda la gente a la que había hecho posible aquello estaba encima del escenario, ahí abajo, entre amigos y familia estaba Carlos. Ese chico que siempre se está riendo y que es capaz de hacer feliz a cualquiera. ¿Que haría yo sin mi Carlos? Si hasta mi hermano lo adora digo yo que será por algo.
Y por último, y muy importante, mi calvito, que se ríe de mi, cotillea conmigo y me aplasta los mofletes. Pero que ha creído en mí y me ha colocado encima de un escenario y espero que crea que ha valido la pena. Lo voy a echar mucho de menos
Espero que todo esto continúe por mucho tiempo.
Y entonces la miseria se convirtió en magia y todo por culpa de unos pocos locos...
Diooos, que bonito Celia :D te has lucido, me encanta lo que les has dedicado a los de teatro :)
ResponderEliminarJamás olvides una cosa: la magia existe y existirá, siempre que de creer en ella no dejes jamás.