Últimamente mi vida es como una de esas películas agobiantes en las que los protagonistas cada vez lían más las cosas sin querer, hasta que llega un punto en el que piensas ''ya es imposible que se arregle nada''
Esas películas en las que le chillas al televisor ''¡Pero dile que la quieres!''
En esas películas al final se arregla todo ¿por qué? ¿porque pasa igual en la vida real? no. Porque es lo que el espectador quiere ver, porque así sentirá que todo se puede arreglar, y no es que no se pueda arreglar, es que no suele hacerlo.
Si la vida real fuese así no harían falta los finales de esas películas. Igual todo esto lo escribo porque estoy mal de la cabeza y dentro de dos semanas ya estoy fantaseando otra vez con que esos finales existen...
No hay comentarios:
Publicar un comentario