Al perro le gustaba el agua, luego no y ahora otra vez. Pero claro, el perro no sabe decirle al agua que se la quiere beber porque piensa que el agua va a decirle que no quiere ser bebida por él. Así que el perro no se arriesgará a preguntar y claro, el que no arriesga no gana.
A la pájara le gusta el agua y al agua le da igual que la pájara beba. Pero claro hay una pájara más grande que no deja beber a la pájara pequeña y, aunque a veces el agua se escapa un poco para dejar beber a la pájara pequeña, el agua quiere ser bebida por a pájara grande. Así que la pájara pequeña seguirá esperando a que la pájara grande se vaya volando o a que el agua no se deje beber por la pájara grande, cosa que llevará mucho tiempo.
A la gata lo que le pasa es que le gusta el agua, el nestea, la coca cola, el vodka, la fanta, el aquarius, el zumo de piña... Pero claro de tanta bebida diferente pues muchas le salen caducadas, además la gata tiene miedo de tener que beber de lo mismo para toda la vida, pero quiere estar bebiendo para siempre. Así que la gata seguirá bebiendo de todo hasta no se sabe cuando.
La ratita ha oído hablar del agua. Pero claro, la ratita nunca ha bebido y no sabe bien lo que es. Así que hasta que lo descubra seguirá en su feliz inocencia.
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