En caso de que ciertas gestiones fallasen lo haría. Sería divertido, sería genial sería... ¿Como decirlo? ¿Sublime? Sí, esa es la palabra, sublime. Imagínate: lo que quiera, como quiera, cuando quiera. Sin tonterías, a lo loco, sin media lágrima. Solo risa, risa, risa y luego más risa. Libertad lo llaman ¿no? Como una eteeeeerna despedida de soltera. Y si me canso y me apetece llorar un rato paro, descanso un mes o dos, puede que años, o toda la vida. En realidad el tiempo no importa, esa opción siempre estará ahí. Y cuando las cosas quieran ir mal ahí estaré de nuevo, en mis antiguas costumbres y dispuesta a contar esas historias que tanto les gustan a algunos y que otros detestan.
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