Y si no se que escribir ¿qué hago aquí escribiendo?
¿En qué momento dejé de hacer el regalo de Laura y me puse a escribir?
¿Cómo es que Juan no me está preguntando ninguna duda de francés?
¿Realmente estoy viva? me lo pregunto muchas veces.
Entonces me compruebo el pulso en el cuello.
Pum, pum, pum, pum.
Uf, que alivio.
Y otro nuevo pensamiento entra en mi cabeza.
¿No será que eso del pulso es algo que nos cuentan a los muertos para que pensemos que estamos vivos?
Y si estoy muerta ¿qué? se está bien aquí, en el mundo de los muertos.
Sería horrible ir al mundo de los vivos y tener que dejar a los muertos a los que tanto quiero.
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